lunes, 27 de octubre de 2008
domingo, 26 de octubre de 2008
sábado, 25 de octubre de 2008
viernes, 24 de octubre de 2008
miércoles, 22 de octubre de 2008
Recuerdos que no se pueden guardar en un papel. Mi liliputiense. Sueños (que se cumplen) o que expulsarás. Nada, nada que tú no puedas conseguir. Segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer. Única. Estrellas que se pierden y estrellas que se encuentran. Las carcajadas que te imagino. Y llegaron tus trece. Tardes soñando. Mensajes a las dos de la mañana. Hablar sin escucharnos. Y pensar escuchándonos. Lágrimas a distancia. Recomendarte canciones que estás escuchando. Leernos el pensamiento. Quererte. Y ya llegaron tus catorce. El día que pasaste por encima de mí (de las nubes) y me enviaste todos esos besos. Cambiar mil lágrimas por millones de sonrisas. Hacerme cosquillas y no darte cuenta. Secretos que me guardas en cajas que no existen. Pintar las tardes (y las nubes) de fucsia. Eres una estrella multicolor en una foto en blanco y negro. Eres la sonrisa en un mundo perdido. Deseos compartidos. Fabricar un siemprejuntas.
Y sin darnos cuenta, llegaron tus quince.
*
Un día, te regalaré todas esas palabras en forma de abrazo. Y entonces no te soltaré. No has permitido que me aleje ni un solo centímetro de tu mano en todo este tiempo. Y sólo puedo darte las gracias. Por todo lo que ya sabes, y por lo que ni siquiera te imaginas.
Que tus futuros dieciséis te traigan todas las sonrisas del mundo.
Y sin darnos cuenta, llegaron tus quince.
*
Un día, te regalaré todas esas palabras en forma de abrazo. Y entonces no te soltaré. No has permitido que me aleje ni un solo centímetro de tu mano en todo este tiempo. Y sólo puedo darte las gracias. Por todo lo que ya sabes, y por lo que ni siquiera te imaginas.
Que tus futuros dieciséis te traigan todas las sonrisas del mundo.
martes, 21 de octubre de 2008
Quiero que sepas que me alejé de muchas cosas, que tengo muchos problemas no resueltos, que no quise lastimarte con la frialdad que te traté, que por las noches casi nunca puedo dormir cuando estoy triste, que me gusta reír mucho, que me encanta hablar contigo, que hay días que soy muy felíz, que siempre exagero mis ilusiones, pero que cuando no lo son lo doy todo. Que tengo ganas de abrazarte, que me arrepiento de no haberme despedido de ti la última vez que pude hacerlo, que es verdad que me gustan cosas, que aunque escribía cosas de amor, no era el amor que tenía sino el que me faltaba, que definitivamente, entre tú y yo me equivoqué en muchas cosas, que traicioné mis sentimientos, que traicioné mis palabras. Que no creo que me creas pero me gustaría que lo hicieras. Que me confundo y me equivoco. Que quiero que seas felíz, que no quiero que esto cambie nada. Que lo hago porque siempre hago lo que siento, porque tú eres tan impulsivo y yo tan pensativa. Porqué nunca piensas las cosas. Que es un sentimiento que resurge, que está bien si no te importa, que está bien si no quieres nada. Que vas a pensar que es momentáneo, que vas a esperar que se me pase, que tal vez se me pase si no te tengo. Que esta es mi forma de decirte que lo siento, que no tengo nada que esconder. Que no vas a entender nada y yo tampoco entiendo.
lunes, 20 de octubre de 2008
Nunca he estado con alguien que tuviera cojones de plantarse delante mío y dejarme. Nunca me he cruzado con alguien que me dijera a la cara todo lo que se ha atrevido a decir a mis espaldas. Nunca he conocido a alguno que me diga que me ha jodido porqué eso es lo que quería hacer. Y lo peor es que nunca ningún hombre me ha reconocido que llevo la razón. Así que el día que conozca a un tío así, dejaré de decir que los hombres son unos cobardes.
domingo, 19 de octubre de 2008
Hacerte estremecer con todos los sentidos lo que no haré con las manos.
Querría reír hasta la locura tarareando canciones y balanceando mis pies en alguna costa, con tu mano escondida en mi bolsillo.
Recuperaría esas miradas tan cómplices que sólo podrían descifrarse rozando la curva de tu cuello, desnudando lentamente tu alma y arrancándote la pena que puedas tener dentro.
Y podría caminar descalza tanto como quisiera, jugando a ser lo que nunca me dejaron. Acariciando la arena con mis dedos y compartiendo granito a granito la felicidad de mi sonrisa.
Pero hoy simplemente dormiré eternamente, agarrando mi almohada por no poder abrazarme a ti. Mañana.
Tú.
Inteligente, con mal genio por las mañanas, romántico empedernido por las noches, sorprendente cuando te veo en la puerta del instituto un día sin avisar.
Grandes sonrisas, pequeños corazones desarreglados. Hacer el amor, contigo, siempre.
Y soy feliz siéndolo contigo, cada día, hora, minuto y segundo. Un reloj para parar nuestro tiempo.
No puedo materializar en palabras lo que significa el hilo invisible de la unión y la certeza de la confianza.
Sé que tú eres de menos palabras que yo, y sé que me comprenderás. Porque por fin me comprendes. Eres increíble, pero lo que te hace serlo es que tú ni siquiera eres consciente de ello.
Sonríe, siempre sonríe, mi estrella.
Querría reír hasta la locura tarareando canciones y balanceando mis pies en alguna costa, con tu mano escondida en mi bolsillo.
Recuperaría esas miradas tan cómplices que sólo podrían descifrarse rozando la curva de tu cuello, desnudando lentamente tu alma y arrancándote la pena que puedas tener dentro.
Y podría caminar descalza tanto como quisiera, jugando a ser lo que nunca me dejaron. Acariciando la arena con mis dedos y compartiendo granito a granito la felicidad de mi sonrisa.
Pero hoy simplemente dormiré eternamente, agarrando mi almohada por no poder abrazarme a ti. Mañana.
Tú.
Inteligente, con mal genio por las mañanas, romántico empedernido por las noches, sorprendente cuando te veo en la puerta del instituto un día sin avisar.
Grandes sonrisas, pequeños corazones desarreglados. Hacer el amor, contigo, siempre.
Y soy feliz siéndolo contigo, cada día, hora, minuto y segundo. Un reloj para parar nuestro tiempo.
No puedo materializar en palabras lo que significa el hilo invisible de la unión y la certeza de la confianza.
Sé que tú eres de menos palabras que yo, y sé que me comprenderás. Porque por fin me comprendes. Eres increíble, pero lo que te hace serlo es que tú ni siquiera eres consciente de ello.
Sonríe, siempre sonríe, mi estrella.
sábado, 18 de octubre de 2008
viernes, 17 de octubre de 2008
Querido diario:
No creo que pudiera recordar cuál fue mi primer abrazo. Supongo que fue la primera vez que mis padres me cogieron en brazos. A lo largo de mi vida ha habido muchos abrazos especiales. Recuerdo abrazos, como aquél de una mejor amiga al enterarse del divorcio de mis padres, los de mi novio achuchándonos, ese abrazo mágico en la discoteca, los abrazos de mi hermano para calmar mi dolor, aquel último abrazo de Víctor el último día de cole, al igual que aquel último de Albert, que fue cómo de película; los locos de mi Andreita, los mágicos de mi niño de vainilla, los grandes de Marc; los nuestros, tete, para papá; los millones de Nerea y los cálidos de mi niño infinito. He tenido abrazos de todo tipo, que expresaban amor, que calmaban mi angustia, abrazos bañados en lágrimas o mezclados con risas, abrazos después de tiempo sin vernos, abrazos forzados y abrazos sinceros.
Pero querido diario, si, por un momento, alguien o algo me diera a elegir a alguien a quien abrazar... tendría muy claro a quien sería. Un abrazo simple, sencillo, pero eso sí, de los sinceros. Lo que pasa que, querido diario, me vas a permitir que me guarde el quién para mí.
No creo que pudiera recordar cuál fue mi primer abrazo. Supongo que fue la primera vez que mis padres me cogieron en brazos. A lo largo de mi vida ha habido muchos abrazos especiales. Recuerdo abrazos, como aquél de una mejor amiga al enterarse del divorcio de mis padres, los de mi novio achuchándonos, ese abrazo mágico en la discoteca, los abrazos de mi hermano para calmar mi dolor, aquel último abrazo de Víctor el último día de cole, al igual que aquel último de Albert, que fue cómo de película; los locos de mi Andreita, los mágicos de mi niño de vainilla, los grandes de Marc; los nuestros, tete, para papá; los millones de Nerea y los cálidos de mi niño infinito. He tenido abrazos de todo tipo, que expresaban amor, que calmaban mi angustia, abrazos bañados en lágrimas o mezclados con risas, abrazos después de tiempo sin vernos, abrazos forzados y abrazos sinceros.
Pero querido diario, si, por un momento, alguien o algo me diera a elegir a alguien a quien abrazar... tendría muy claro a quien sería. Un abrazo simple, sencillo, pero eso sí, de los sinceros. Lo que pasa que, querido diario, me vas a permitir que me guarde el quién para mí.
jueves, 16 de octubre de 2008
miércoles, 15 de octubre de 2008
martes, 14 de octubre de 2008
Clasificaremos el amor por meses y, si hace falta, las caricias tendrán nombre. Y todo y más contigo. Si susurras Noviembre a mi oído, todo será otoñal y dulce y si tus caricias son heladas, será Febrero que todo lo hace gris. Si tus manos me recuerdan a París, será amor de savoir-faire, si me falta el aliento será que miro demasiado el azul del cielo en Julio, y si la melancolía nos acecha a través de una ventana empapada, Abril rozará mis párpados, y yo... me rendiré cuando Mayo se lleve mis perspicacias en un halo de primavera.
lunes, 13 de octubre de 2008
[19 de febrero].
Y ya son 17 febreros.
Hoy, hace 17 febreros que voy entre los coches y avenidas (¿recuerdas?), como una pompa de jabón (pensando otra vez en ti).
En el largo (o corto) camino que he recorrido para llegar hasta aquí, me he encontrado con pequeñas sorpresas. Esas sorpresas, a veces, han sido las que han causado mis lágrimas. Lágrimas que siempre terminan borrándose. Más tarde o más temprano, desaparecen. Menos una. Hoy estoy aquí, intentando acordarme de los momentos que he pasado desde que llegué. Y no puedo evitar sonreír.
Sobre todo, recuerdo a una estrella que me ha hecho sonreír cada día, sin excepciones, mi N. Recuerdo a Cristian, mi medio corazón. Recuerdo a una persona muy especial que lleva un pijama para dos y se convirtió en mi sonrisa. Recuerdo millones de tardes delante de una pantalla, y un niño con olor a vainilla que me hacía cosquillas y no se daba cuenta. Recuerdo a Mickey Mouse haciéndome feliz con un sólo parpadeo y abrazándome, siempre abrazándome. Recuerdo a mi corazón en Barcelona, mi pequeña ciudad. A Josep, que sigue demostrándome que no hay nadie como él. Recuerdo las tardes en la calle con Dani, cuando olvidábamos que había un mundo ahí fuera, cuando creábamos el nuestro propio. Los días con Esther, cuando soñábamos sin fechas, días durmiendo con ella, tardes de chocolatinas. Y también recuerdo tardes en las que lloraba de la risa con mi cabecita loca, Aida. A Laura, y las inmensas sonrisas al recibir sus cartas. Recuerdo también un verano, cuando me encontró. Y fuimos, somos una. Mi Ese de Sandra. Su Ene, de Nerea. Recuerdo a Bárbara, y nuestros mensajes, cuando le contaba que guardaba agua de lluvia en tarros de cristal. Recuerdo a Luís y sus ojos magos, y con ellos, todas mis cicatrices. Recuerdo a Marc. Si el cielo estaba gris, él lo coloreaba (y sigue coloreándolo). Recuerdo a Marina, mil risas en dos días. Grabada en mi corazón. Recuerdo miles de iniciales. A mi Susanita, a Montse, a Adriá, a Marta, y las risas no siempre compartidas. Recuerdo a Kevin, a mamá y a su él. Recuerdo a personas que quisieran que las recordara más. Recuerdo a otras que no quieren que las recuerde, o no lo demuestran. Recuerdo días en los que lloraba con las nubes, pero hoy no es uno de ésos. Hoy sólo quiero dar las gracias a todas las personas que han compartido algún minuto de todos los que hoy cumplo. Y, sobre todo, a las que viajan en mi corazón, a cualquier persona que hoy me haya pensado (lo sepa yo o no)... Gracias.
*
Gracias, gracias, gracias.
A ti, Nerea, mi liliputiense. Me gustaría decir que recuerdo cuando llegamos (juntas, siempre. Presente, pasado y futuro) al mundo. Teníamos miedo, lo sé. ¿Por qué nos sacaron de aquella barriguita? Entonces no lo sabíamos, pero nos quedaban mil lágrimas por derramar y millones de sonrisas que inventar. Y puedo asegurarte que si no fuera por ti, las lágrimas serían millones y las sonrisas miles, o quizá cientos. Me da igual como quede este texto, me dan igual las faltas o las repeticiones. Sólo quiero que sepas que no podría, no sabría vivir sin ti. Que diecisiete es poco comparado con lo que nos queda, y sobre todo, que te quiero.
Que te quiero como no puedo querer a nadie más. Y que los diecisiete van a ser especiales porque estaremos (una vez más) juntas.
Felicidades, S.
Y ya son 17 febreros.
Hoy, hace 17 febreros que voy entre los coches y avenidas (¿recuerdas?), como una pompa de jabón (pensando otra vez en ti).
En el largo (o corto) camino que he recorrido para llegar hasta aquí, me he encontrado con pequeñas sorpresas. Esas sorpresas, a veces, han sido las que han causado mis lágrimas. Lágrimas que siempre terminan borrándose. Más tarde o más temprano, desaparecen. Menos una. Hoy estoy aquí, intentando acordarme de los momentos que he pasado desde que llegué. Y no puedo evitar sonreír.
Sobre todo, recuerdo a una estrella que me ha hecho sonreír cada día, sin excepciones, mi N. Recuerdo a Cristian, mi medio corazón. Recuerdo a una persona muy especial que lleva un pijama para dos y se convirtió en mi sonrisa. Recuerdo millones de tardes delante de una pantalla, y un niño con olor a vainilla que me hacía cosquillas y no se daba cuenta. Recuerdo a Mickey Mouse haciéndome feliz con un sólo parpadeo y abrazándome, siempre abrazándome. Recuerdo a mi corazón en Barcelona, mi pequeña ciudad. A Josep, que sigue demostrándome que no hay nadie como él. Recuerdo las tardes en la calle con Dani, cuando olvidábamos que había un mundo ahí fuera, cuando creábamos el nuestro propio. Los días con Esther, cuando soñábamos sin fechas, días durmiendo con ella, tardes de chocolatinas. Y también recuerdo tardes en las que lloraba de la risa con mi cabecita loca, Aida. A Laura, y las inmensas sonrisas al recibir sus cartas. Recuerdo también un verano, cuando me encontró. Y fuimos, somos una. Mi Ese de Sandra. Su Ene, de Nerea. Recuerdo a Bárbara, y nuestros mensajes, cuando le contaba que guardaba agua de lluvia en tarros de cristal. Recuerdo a Luís y sus ojos magos, y con ellos, todas mis cicatrices. Recuerdo a Marc. Si el cielo estaba gris, él lo coloreaba (y sigue coloreándolo). Recuerdo a Marina, mil risas en dos días. Grabada en mi corazón. Recuerdo miles de iniciales. A mi Susanita, a Montse, a Adriá, a Marta, y las risas no siempre compartidas. Recuerdo a Kevin, a mamá y a su él. Recuerdo a personas que quisieran que las recordara más. Recuerdo a otras que no quieren que las recuerde, o no lo demuestran. Recuerdo días en los que lloraba con las nubes, pero hoy no es uno de ésos. Hoy sólo quiero dar las gracias a todas las personas que han compartido algún minuto de todos los que hoy cumplo. Y, sobre todo, a las que viajan en mi corazón, a cualquier persona que hoy me haya pensado (lo sepa yo o no)... Gracias.
*
Gracias, gracias, gracias.
A ti, Nerea, mi liliputiense. Me gustaría decir que recuerdo cuando llegamos (juntas, siempre. Presente, pasado y futuro) al mundo. Teníamos miedo, lo sé. ¿Por qué nos sacaron de aquella barriguita? Entonces no lo sabíamos, pero nos quedaban mil lágrimas por derramar y millones de sonrisas que inventar. Y puedo asegurarte que si no fuera por ti, las lágrimas serían millones y las sonrisas miles, o quizá cientos. Me da igual como quede este texto, me dan igual las faltas o las repeticiones. Sólo quiero que sepas que no podría, no sabría vivir sin ti. Que diecisiete es poco comparado con lo que nos queda, y sobre todo, que te quiero.
Que te quiero como no puedo querer a nadie más. Y que los diecisiete van a ser especiales porque estaremos (una vez más) juntas.
Felicidades, S.
domingo, 12 de octubre de 2008
Cada año ocurre un hecho extraordinario.
Se celebra el aniversario del nacimiento de una estrella.
Y esa estrella eres tú.
* Feliz cumpleaños.
PD: Es difícil elegir un regalo para una estrella. Como mortal que soy espero que comprendas que he optado por la solución más fácil... que tú misma elijas el regalo.
Fk.
Se celebra el aniversario del nacimiento de una estrella.
Y esa estrella eres tú.
* Feliz cumpleaños.
PD: Es difícil elegir un regalo para una estrella. Como mortal que soy espero que comprendas que he optado por la solución más fácil... que tú misma elijas el regalo.
Fk.
sábado, 11 de octubre de 2008
A tí, pasado: Creo que te estás convirtiendo en el fantasma de la persona que un día llegó a ser un trozo de mí. El fantasma de una persona que ES un trozo de mí. Y no puedo entender porqué. Hace tiempo te conté cómo las palabras pueden doler más que una acción. Lo sabes. Ni siquiera sé si te has dado cuenta de cómo me siento. Es pasar por nuestro lugar, recordarte. No lo entiendo. No entiendo nada. ¿Es que no ves que eres preciosa? Lo eres. Lo eras. No tenías (tienes) que cambiar en nada. Y lo hiciste. Siempre. Siempre caigo en el error. El mismo, otro nuevo... Eso da igual. Siempre es un error. Y ojala, de verdad, OJALA que esto no sea nada. Que las palabras que te escribo sean una exageración. Que sigas siendo la misma. Fabrica tus palabras, tus sonrisas, tus miradas. Tenías magia aquel día. Tenías magia todos los días. No tienes que intentar ser de otra forma para gustar a nadie. ¿Intentas ser de otra forma? Me rodeas de lágrimas. Justo tú, la persona que siempre me hacía reír. Te grito con silencios. Ya no sé gritar de otra forma. Si descubres que es a ti a quien van dirigidas estas palabras, si tienes una pequeñísima sospecha, dímelo, por favor. Sólo quiero volver a reír por ti. No pienses que se ha roto el hilo que nos une. Sabes que es ultra resistente. Sólo piensa que te necesito. Como antes. Como nunca he dejado de necesitarte.
viernes, 10 de octubre de 2008
jueves, 9 de octubre de 2008
Rezas para que esta sea tu vida sin tí. Rezas para que las niñas quieran a esta mujer que se llama como tú y para que tu marido acabe por quererla. Para que vivan en la casa de al lado y las niñas usen el remolque para jugar a las muñecas y apenas recuerden a su madre que dormía de día y las llevaba de viaje en canoa. Rezas para que tengan momentos de felicidad tan intensos que cualquier pena parezca pequeña a su lado. Rezas a no sabes qué ni a quién, pero rezas, y no sientes nostalgia por la vida que no tendrás, porqué para entonces habrás muerto, y los muertos no sienten nada. Ni siquiera nostalgia.

miércoles, 8 de octubre de 2008
martes, 7 de octubre de 2008
El mejor otoño fue cuando entendí tu forma de vida, cuando no pasaba frío porqué tú estabas ahí conmigo, cuando encerrarme en un portal contigo era lo mejor que podía pasar...
Hay cosas que se repiten, pero se saltan los buenos momentos, como ésos, para ir directamente a los malos, como cuando todo se esfumó y no había explicación posible.
Hay cosas que se repiten, pero se saltan los buenos momentos, como ésos, para ir directamente a los malos, como cuando todo se esfumó y no había explicación posible.

lunes, 6 de octubre de 2008
Porque, a pesar de todo, yo siempre termino volando por encima de todo lo que me hace daño. Por encima de todo lo que se convierte en cristal afilado y, sin que me dé cuenta, me atraviesa la piel.Por encima de todo lo que se tatúa en mi piel sin fecha de caducidad, y luego se convierte en veneno.Yo vuelo raso, bordeando los límites de todo aquello que me hace sufrir.
Incluso de ti.
Incluso de ti.
domingo, 5 de octubre de 2008
sábado, 4 de octubre de 2008
Me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo, un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportar una nariz que sacara el primer premio en una exposición de zanahorias... Pero eso sí, y en esto soy irreductible, no les permito, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar, pierden el tiempo conmigo.
jueves, 2 de octubre de 2008
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